Todo el mundo se considera inteligente, sin embargo, no ocurre lo mismo con ser creativos, cuando es algo innato en el ser humano. La inteligencia creativa está en nuestro interior. Es un recurso poderosos que tenemos y que nos ayuda a superar retos y crear la vida que queremos. Depende del entorno en el que nos hayamos desarrollado, la liberaremos según nuestras creencias y bagaje cultural. Cada vez que hacemos cosas nuevas, se crean nuevas conexiones nerviosas y nuestro cerebro se regenera. Y estas nuevas conexiones, estimularán la creación de ideas y pensamientos para así aumentar la creatividad. Así pues la creatividad es la capacidad para liberar y amplificar ese poderoso potencial humano para aportar ideas nuevas para mejorar nuestras vidas.
Sin creatividad el mundo sería diferente y el ser humano no estaría donde está. En algún momento de la evolución, aquellas personas que no colaboraron con los miembros de la tribu y no fueron capaces de solucionar problemas, no vivieron lo suficiente. Al final permanecieron los más inteligentes y no los más fuertes. La habilidad de improvisar, innovar y de ser creativos es lo que nos ha llevado a extendernos por todo el planeta.
Es en el córtex, una capa delgada de materia gris de tejido nervioso que cubre todo el cerebro, en donde se ha ido desarrollando esta capacidad de innovar y de ser creativos y donde se encuentran las capacidades mentales como las de análisis, planificación, personalidad, los procesos de toma de decisiones y la actividad creativa.
En el córtex se encuentran dos hemisferios el derecho y el izquierdo. En el hemisferio derecho es donde se desarrolla la creatividad. Es donde guardamos una percepción global de toda la información que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra vida y que se pone a nuestro servicio para crear. El hemisferio izquierdo se encarga del habla, escritura, numeración, matemáticas y lógica.
Si estamos trabajando en una obra de arte o tenemos que resolver un problema o innovar, lo primero que haremos es coger toda la información posible y trabajar con el fin de buscar ideas. Esta información se archiva en el hemisferio derecho, se reorganiza y cuando menos la esperamos y más relajados estamos, tenemos una revelación o insights. Después tendremos que evaluar si nos sirve o no. Como dijo Picasso “la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”.
Cuando me dedicaba a la música y componía temas, después de absorber información y trabajar en ellos, me venían melodías incluso en sueños que me hacían levantarme de la cama para probarlas y escribirlas.
¿Qué es lo que aumenta la posibilidad de tener insights?
Sal de tu zona de confort: El ser humano tiende a la rutina, a la seguridad de lo conocido. Sal de tu zona de confort. Duda de los convencionalismos e intenta ver las cosas desde otra perspectiva. Desafia cualquier cosa por obvia que parezca y deja volar tu imaginación.
Tómate tu tiempo para no hacer nada. El cerebro necesita quietud. Si vamos todo el día estresados, no tenemos acceso a nuestro mundo interior. Los insights no nos vendrán si tenemos mucha actividad mental.
Conecta con los demás y con lo que te rodea. Empatiza con las situaciones, conecta con las personas, interactúa. No compitas, interactúa. Si nos aferramos a una idea sin escuchar a los demás nos limitamos. Hay equipos especializados en creatividad y cada persona tiene unas fortalezas distintas para que haya las máximas posibilidades de ideas diferentes.
Sentir y experimentar. Conecta con tu cuerpo que es la puerta de entrada a tu interior y trabaja con las emociones.
Apasiónate con tu vida: Ten una actitud positiva ante la vida. Siempre hay motivos para estar feliz y para estar triste. Tu escoges con que actitud quieres estar en el mundo. Las ganas y la pasión nos haces ser más creativos.
Busca espacios de la naturaleza cuando necesites crear. Un paseo relajante en la naturaleza te llenará de energía creadora.
Aprende técnicas creativas: Hay mucha metodología para ser más creativos, innovar y resolver problemas, como por ejemplo: www.neuronilla.com, que propone un sinfín de juegos y técnicas para innovar.
También Edward De Bono, que ha hecho famosa la técnica de los seis sombreros para pensar.
El ser humano está formado de cuerpo, alma y mente. O como dice Annie Marquier el ser humano es como una carruaje donde el chofer es el ego, los caballos las emociones, el coche el cuerpo y el pasajero el alma. ¿Quién debe dirigir el carruaje? El alma es la que debe dirigir el carruaje, es la que sabe donde va, es creativa e inteligente. El problema es que nos identificamos con la mente, con el ego, que es donde están nuestros miedos y bloqueos. Si queremos bajar el nivel de actividad mental, una técnica muy buena para ello es meditar, sentiremos el alma y toda su fuerza creativa.
Lourdes P. Bouton
Coach de vida ACC CPCC
Coaching de relaciones ORSC
Licenciada en filosofía pura