Ser feliz y tener una autoestima sana y equilibrada, pasa por enfocarse, esforzarse y comprometerse con aquello que nos hace feliz
Tener una autoestima satisfactoria conlleva pasar un proceso reeducativo de autoconocimiento y aceptación de uno mismo, experimentando el cambio desde el corazón a la autenticidad. Para ello es muy importante reconocer, aceptar, gestionar las emociones. Conocer cuáles son nuestros valores, talentos y fortalezas y potenciarlas al máximo, y vivir en congruencia con lo que sentimos, pensamos y hacemos.
Ignorar las emociones no es un buen comienzo para lograr una autoestima sana ya que si nos permitimos ser nosotros mismos, si no somos auténticos, estamos saboteándonos la vida. Ser congruentes con lo que sentimos, pensamos y hacemos. Seguir nuestra naturaleza hará que nos sintamos bien con nosotros mismos y por lo tanto contribuirá a que tengamos una buena autoestima.
Un valor básico y necesario que necesitamos todos que esté presente en nuestras vidas para tener una autoestima sana es el respeto. Es tan importante respetar a los demás como hacernos respetar. El respeto es un valor universal y es para todos los seres humanos igual de necesario. Nadie nos tiene que decir si somos suficientemente válidos. Nadie tiene derecho a hacernos sentir mal. Si eso ocurre, disimular y hacer ver que no pasa nada o hacernos los fuertes no es respetarse y no es quererse. Por lo tanto, lo primero y más importante es respetarnos a nosotros mismos. Si una persona permite que le falten el respeto se sentirá triste, baja de energía, y su autoconfianza y autoestima se verán perjudicadas. Sin embargo, si se enfrenta a ello y habla con la persona que le ha faltado el respeto, pone límites, o llega a unos acuerdos, su autoestima se verá reforzada y sentirá que puede crear su vida y no dejarse llevar por las circunstancias.
El evitar responsabilidades y el compromiso también tiene consecuencias nefastas en la autoestima. Estamos en aquí para aprender y desarrollar al máximo nuestro potencial y eso requiere un cierto nivel de compromiso y responsabilidad. Si no lo hacemos, estaríamos faltándonos el respeto a nosotros mismos en el sentido de no comprometernos con avanzar, con desarrollarnos comos seres humanos y ayudar a hacerlo con los demás.
Explorar cuáles son nuestros valores principales nos dará mucha seguridad a la hora de tomar decisiones y hará que vivamos una vida de valor. Por supuesto, estos valores tienen que estar presentes en nuestras vidas. Si por falta de valentía, compromiso, falta de esfuerzo o miedo no lo hacemos, sentiremos que algo no va bien, que no estamos satisfechos con nuestras vidas. Los valores son como luces que nos indican el camino. Es importante trabajar bien los valores para saber realmente quienes somos y qué necesitamos para ser felices.
Para tener una autoestima sana es imprescindible respetar y respetarse, honrar nuestros valores principales que pueden ir cambiando a lo largo de la vida y conocer nuestros talentos para ponerlos al servicio de nuestro propósito de vida o misión de vida.