Estas  tres confianzas se retro-alimentan formando una espiral de flujo circular y continuo manteniendo los canales de comunicación abiertos y flexibles para tener relaciones extraordinarias

Estas  tres confianzas se retro-alimentan formando una espiral de flujo circular y continuo manteniendo los canales de comunicación abiertos y flexibles para tener relaciones extraordinarias

«Hasta que no me lo demuestre, no voy a confiar en el»

Esta frase la he escuchado muchas veces en las sesiones de Coaching familiares. Es normal, desconfiar del joven cuando las cosas no van como nos gustaría.

Pero lo que de verdad estamos haciendo es desconfiar de la vida y de nosotros mismos.

En las sesiones de Coaching a adolescentes y jóvenes he podido comprobar, que lo que más necesitan es que confiemos en ellos. Por eso, hemos de hacer un esfuerzo en confiar. Muchas veces las adversidades nos ponen a prueba.

Sin embargo, ellos se ven en nosotros. Somos sus espejos mostrémosles todo su brillo y trabajemos la confianza en la vida, y en nosotros mismos.

  1. Confianza en la vida

Dale a tu vida una dimensión espiritual, somos seres multidimensionales. Ve más allá de ti y busca el desarrollo y la expansión de la conciencia para sentir paz y amor. 

Somos seres multidimensionales, hay una parte dentro de cada uno de nosotros que es sagrada, inteligente y está llena de amor y paz. Y busca conexión con la fuente. Pon ahí el foco.


 2. Confianza en uno mismo

Trabajar el crecimiento personal

  • Auto conocimiento
  • Permitirse sentir las propias emociones, viendo qué acciones tienes que llevar a cabo para gestionarlas o simplemente dejarlas ir.
  • Explorar tu propósito de vida, aquello que has venido a hacer en este mundo. Recuerda que los líderes no tienen cargo.


3. Confianza en tu hijo o joven

Hay que confiar siempre y a ciegas. Confiar en nuestros hijos conseguirán todo lo que se propongan.

Confía cuando va bien, regular y sobre todo, cuando va mal.

Mira lo que son y lo que pueden llegar a ser.

Estos tres tipos de confianza se retro alimentan formando un espiral de plenitud.

Confiar en nuestros jóvenes a veces cuesta. Hay que hacer un esfuerzo. No vale eso de confiaré cuando me lo demuestre. Nosotros somos los adultos y los que hemos de dar el primer paso. Ellos se ven en nosotros.

Los 3 tipos de confianza lo explico en el curso de Coaching especializado en jóvenes y familias para profesionales de la educación: coaches, docentes, orientadores, trabajadores sociales, psicólogos, psicopedagogos etc.