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Desde muy pequeña me fascinaba aporrear las cacerolas que encontraba en la cocina de mi casa y desde entonces, la música siempre me ha acompañado, y ha sido y es una forma de sentir la vida y sobre todo de conectar conmigo misma y con lo demás. He pasado muchas horas con mi piano, estudiando, componiendo, ensayando…y cada nota, cada melodía, cada palabra,  me hacía ir más allá de mi misma. Necesitaba estar muy presente con todos mis sentidos y dejarme llevar por la imaginación y por los sentimientos. Me sentía muy privilegiada y feliz, y  la vida tenía sentido para mí. Las sensaciones eran tan fuertes y tan placenteras, que muchas veces prefería la sonrisa radiante y auténtica de mi piano a las de los amigos. Todo era mágico y me pasaba muchas horas  lejos de los demás, en mi mundo mágico.  Y ese mundo mágico lo podía compartir, con mis canciones abría  canales de comunicación directos al  corazón de las personas, y además, las que escuchaban un disco mío, aún sin conocerme, ya me conocían el disco Amar la vida aprendí a amar la vida, a no desperdiciar ni un segundo y a hacer realidad mi sueño de  ser cantautora. Para ello tuve que ir en contra de todo y de todo, reinventarme y en mis canciones se incluían letras como “Rómpete en pedazos vuélvete a crear sé la persona que tu quieres ser

Con el segundo disco Sacúdete el alma aprendí a ser más auténtica. Podía sentir como me estaba transformando. Me sentía como una crisálida;  “Saldrás de una crisálida echarás a volar tus ojos brillarán con luz muy especial aprenderás a amar respetando a los demás”.

La música ha sido y es  un camino para la realización y el crecimiento personal y no es la única vía,  en Augere con el Coaching Co-Activo,  he descubierto un nuevo mundo muy fértil, fresco, verde, lleno de posibilidades. Un mundo también mágico donde todo es posible y donde las personas esconden hermosos tesoros a los que yo puedo acceder y ayudar a sacar a la luz. Donde estoy en absoluta intimidad con seres humanos y no hay espacio para falsedades ni artificios. Donde puedo bañarme en los ojos de otra persona y sentir su paz, su amor, su bondad. Donde puedo conectarme en silencio con  el ser más auténtico de las personas…

Desde que soy Coach mi vida tiene aún mucho más sentido. Yo estoy aquí para crear un mundo mejor a través de la ternura y el amor. Y eso lo puedo hacer  a través de la música, o como ya he dicho antes buscando tesoros escondidos dentro de las personas, sacarlos al descubierto y que brillen en toda plenitud para que iluminen el mundo con su luz. Una de las cosas que me gustan del Coaching Co-Activo es el compromiso que adquirimos con el mundo, estamos aquí para servir a los demás y entre todos concienciarnos de que para conseguir que nuestro mundo sea un lugar mejor para vivir tiene que haber un cambio de los valores de la sociedad y de las empresas. Hacer que una gran ola de positivismo se expanda por todo el planeta. Todo esto hace que ser Coach sea apasionante. Con la música y con el Coaching me siento viva y con alas. De momento las muevo y limpio el aire, pero algún día espero echarme a volar.